En Anapra, la vida está marcada por un entorno difícil, debido a la marginación y los altos niveles de violencia presentes en la zona. Frente a esta realidad, madres, padres, jóvenes y muchas personas encuentran difícil vislumbrar un futuro diferente.
Ante el contexto, el acompañamiento psico-emocional se ha vuelto una herramienta indispensable para ayudar a las personas a revisar las situaciones que les causan sufrimiento, evaluar patrones dañinos y lograr cambios que los lleven a una vida más armónica y feliz.
En Las Hormigas contamos con un programa terapéutico diseñado para acompañar a cada persona a lograr su desarrollo humano pleno y brindarles las herramientas necesarias para afrontar los retos de la vida cotidiana.
A través del programa terapéutico brindamos terapias individuales, familiares, de pareja, y talleres de desarrollo humano por medio de los cuales buscamos que nuestros usuarios:
- reconozcan y acepten sus vivencias infantiles
- muestren autonomía emocional
- ocupen su lugar en el sistema familiar
- resuelvan sus duelos
- mantengan acciones de autocuidado
No hay mejor manera de sentir el beneficio que genera la terapia que conocer la experiencia de una de las mamás que ha participado. Jessica Gámez tiene 28 años y recientemente nos comentó:
“Tengo cuatro meses tomando terapia. Me ha servido mucho para poder trabajar mi proceso de divorcio, mi persona. Me he sentido cada día mejor por tener a alguien que me escucha y me comprende. He sentido que puedo lograr todo lo que me proponga, he retomado sueños que había olvidado.
Gracias a la terapeuta he podido avanzar de una manera sana, mis hijos han tenido cambios positivos en su persona, aunque son pequeños están avanzando en la escuela, en cada y en sus rutinas.”
Esta es solo una de las muchas historias de transformación que facilitamos día tras día desde el programa terapéutico. En palabras de Aracely Uranga, una de las terapeutas que recientemente se integró al equipo:
“Tengo la fortuna de colaborar en Las hormigas desde hace más de un año y acompañar los procesos de tantas personas, que de no tener este espacio sería casi imposible que recibieron el servicio de psicoterapia.
Quienes se dan la oportunidad de invertir un tiempo cada semana o cada quince días para revisar el corazón experimentan grandes cambios en su vida. Agradezco la oportunidad de poder estar aportando bienestar desde el Hormiguero a las familias de Anapra.
Es un don y también un reto poder acompañar estos procesos. El rostro de cada persona que se acerca a pedir apoyo me compromete a ser mejor persona y a estar en continua formación para responder a las necesidades tan complejas que se presentan día con día.
Creo firmemente que la psicoterapia es un componente indispensable para seguir creciendo juntas-juntos de manera personal, pero también en la conciencia colectiva y dar el salto en la evolución que nos exige este tiempo excepcional en el que vivimos hoy.”
Si alguna vez te has preguntado qué impacto genera Las Hormigas en la comunidad, la respuesta está clara: estamos brindando los espacios y las herramientas para que más personas puedan enfrentar la vida y vivir en armonía consigo mismos y con los demás.
¡Extraordinario trabajo!!!! Ojalá lleguen más terapeutas con la formación y la sensibilidad para acompañar los procesos de las personas que atienden. Muchas gracias por tan maravilloso trabajo y muchas felicidades.